Archivos Mensuales: septiembre 2007

EL PAÍS DE LAS SONRISAS

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¿Te han invitado al país de las sonrisas? A mí sí. Me invitaron ayer mis alumnos de sétimo….pero, ¿dónde queda?, ¿adónde tomo un medio de transporte para llegar? Esas son preguntas que algunos se harán, no yo. Supe de inmediato que estaba en él a partir del instante en que se me extendió la invitación, el camino se me abría en aquellos ojos inocentes y traviesos, la ruta estaba marcada en sus propias sonrisas, una ruta mágica, inaudita para más de un cuerdo, olvidada por casi todos. El país de las sonrisas es el relegado territorio donde una vez habitamos a nuestras anchas, rincón iluminado, espacio infinito de los sueños. Ahí me trasladé cuando me fue abierta la invisible puerta, universo paralelo al juego, a la chispa alegre de la vida.

 

¿Has olvidado tu antigua ciudadanía del país de las sonrisas? Es un simple olvido, la memoria permanece agazapada en los repliegues del estrés y de lo cotidiano, en la oscura transparencia del mundo adulto. En el país de las sonrisas todo es posible, es una llama que jamás se quema, ahí puedo encender todas las hogueras, cobra realidad el abrazo más humano. Ahí puedo resguardar el fuego eterno del amor sin ser perturbada por el hielo y por sus calles de dulce y las casas de galleta voy a seguir transitando, porque todas me son familiares. Será el punto de encuentro con mis niños, esos que ayer me susurraron el camino, ¿me sigues?, ¿nos encontramos en la esquina de las antorchas, aquella donde la risa habita sin motivo alguno, y brota en ocurrencias de cualquier tipo?, ¿nos volvemos a sentar de nuevo bajo el árbol de los sueños y nos contamos mágicos cuentos de unicornios? La invitación está hecha.

A Pablo Neruda

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A Pablo Neruda

Bajo el dulce imperio

de tu mano

la palabra mostró

su tibia mansedumbre serena

vistió sus mejores galas

soberana de la vida

maga

sometida amante

que fue amada

en saturnales noches

encendida

en todas sus vertientes

extenuada

ancha.

Contigo fue

a cada rincón

cuando hubo rincones

que husmear

acudió

cada vez

a tu llamado y

alzó fuego y

quemó al mundo

para siempre.

Contigo fue

rebelde

insolente, verbal,

poseedora.

Arrebató la cruz,

incendió las iglesias,

puso de rodillas

a los ejércitos

tocó cada puerta de América,

sacudió las vertebrales

mordidas de las hienas.

Con ella fuiste

y cabalgaste tus sombras,

con ella visitaste a los enfermos,

fuiste pobre,

fuiste rico,

te sentaste a la ribera

de los ríos y

navegaste el bosque

en busca de estrellas infernales.

Fue tu compañera

en la guerrilla de la vida

cuando tus armas eran los verbos.

la hiciste reina

y le construiste el imperio

de la cebolla,

le diste ropas estelares

la desnudaste hasta que fue

un astro

puro

luminoso,

tú la lanzaste

en una loca carrera

a recorrer el infinito,

y el infinito

solo era

el viejo camarada de tus infancias.

Bajo la tibia sencillez

de tus olimpos

la antigua conocida,

la palabra,

usada y retomada,

se hizo vino

y se decantó

en cada mesa,

vertió su luminosa

uva

en cada corazón

y nunca

más volvió a su nido.

Contigo

no hubo más

oscuridad

ni silencio,

no hubo pertenencia

en la Tierra,

no hubo órbita

fija.

Contigo la palabra

rompió

el viento

azuzó al mar

en catarata

aró la arena

en zurcos nítidos

que jamás se borraron.

Contigo

Pablo

no puede haber

norte

ni ruta.

Le pusiste a la palabra

un cabestro indómito

y salvaje

y nunca más

habrá quién conozca

su domadura

nunca jamás

abrá una piedra sin salitre,

un mar sin dulces aguas,

una redonda

lágrima

que no haya sido

antes que todo

disfraz y risa,

nunca un árbol

nacerá de la tierra

no habrá

sonido

ni rima

ni porqué

ni dónde…

así quedó ese imperio

inderrocable

que le diste

a la palabra.

 

Lorena Rodríguez

La vida de los otros

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Das Leben der Anderen

Esta película es extraordinaria.No solo nos muestra facetas del ser humano bajo un régimen totalitario, sino que nos enfrenta con miedos y adversidades profundamente existenciales.Estos, sin embargo, sobrepasan los límites de una sociedad apagada por la imposibilidad de expresarse hasta involucrarnos a todos hoy, ayer y siempre.

Gerd Wiesler, el duro capitán, es esa clase de personaje que empiezas a odiar desde un primer momento.De ahí la tremenda carga emocional que recae en el espectador cuando empieza a amarlo.En este juegocontradictorio, se remueven dentro de nosotros tremendas reacciones.Este policía secreto,a su vez eficientísimo profesor, es, sencillamente, un hombre solo.Y la soledad en él es un grito desesperado.Marcado por una vestimenta repetida, por un apartamento nítido y despersonalizado, un auto y unos audífonos reveladores, el duro personaje inicia su caricaturización, se disminuye, se despoja de trastornadas persecuciones y empieza a descubrir la irracionalidad del silencio institucionalizado.Inicia un viaje fascinante y comienza a beber y comer con fruición la vida de otro.A partir del instante en que se reconoce a sí mismo en una sonata, entabla una lucha desesperada cuyo final intuye e implícitamente acepta.

En ese cuarto oscuro y sórdido desde donde espía los sonidos, susurros, los roces de los otros, no solamente dibuja el plano del apartamento del escritor Georg Dreyman, sino que va ubicando dentro el propio laberinto donde se encuentra extraviada su alma.A partir de ahí, en cada rincón tropieza con su anhelo, en cada queja de amor entre la pareja descubre su frustrado aislamiento. En cada amigo fiel del otro, voltea hacia su propia sombra.

Marcada por momentos de clímax que nos elevan una y otra vez para luego precipitarnos en nuevas expectativas, la película da un tiro certero en la escena de la prostituta. Es cuando Gerd, después del encuentro sexual, queda, ante la cámara,sentado, vestido pero absolutamente desnudo en todosu extenso abandono. Ha sido en ese momento, cuando la respuesta descuidada de la mujer es aniquilante: si quiere compañía, la próxima vez deberá pagarle más.Entonces este hombrecillo, ya empequeñecido por la grandeza de Georg, el escritor ingenuo y acomodaticio, no «va» a su despreciable labor cada día, sino que «acude» en ayuda de aquel, pues con eso se salva a si mismo, reivindica su propia y miserable vida.

Una película en evolución constante, La vida de los otros es un espejo terrible de amor, traición, soledad y silencio que se amalgaman en dicotómicas relaciones de odio, fidelidad, compañía y divulgación informativa dentro del marco de una Alemania socialista, esclerótica y decadente.Es un canto a la literatura y a la libertad.

Esta propuesta cinematográfica nos llega como un rayo de esperanza, nos fortalece como seres humanos comprometidos con la esencia de la vida: vive y déjalo ser.